ATAJOS AL ALMA: 10 pasos de la mente a la no-mente
Tal vez hayas
oido decir aquello de que “lo importante no es lo que te pasa, sino cómo vives
y te cuentas lo que te pasa”. Ante una
misma situación de crisis, de dificultad, de pérdida, de dolor y de sufrimiento
(inexorable en la vida de todo ser humano) hay personas que se quedan
bloqueadas y ancladas en su sentimiento y posición de víctimas, de modo que les
atrapa y les acompaña durante años el resentimiento, la tristeza, la rabia, la
desesperanza, la desconfianza, el miedo ... Otras personas, sin embargo, salen
fortalecidas de la situación, como si por una especie de mágica alquimia
interior tuvieran la capacidad de transformar el dolor en crecimiento, el miedo
en valentía, el resentimiento en compasión, el odio en amor, la oscuridad en
luz.
Sabes? Hay una
bonita metáfora para explicar esto: “la oscuridad, en realidad, no existe, no
es nada!!! La oscuridad es, simplemente la ausencia de luz!!! En consecuencia,
no vale la pena perder demasiado tiempo y energía en urgar en la osuridad; más
bien merece mucho la pena enfocar el esfuerzo a buscar, encontrar y encender la
luz, no crees? Si enciendes la luz, se acabó la oscuridad!!!. El ejercicio que
te propongo que hagamos tiene que ver con esta metáfora. Tal como yo lo veo (y
lo he aprendido no por el hecho de ser psicólogo, sino sobre todo a partir del
estudio y la práctica de diferentes formas de meditación), el primer grupo de
personas están atrapados en la oscuridad de su mente inconsciente; el segundo
grupo, en cambio, es el que ha trascendido y superado sus condicionantes
mentales y están conectados con la luz del alma, que es pura consciencia.
Curiosamente, los
psicólogos, los psiquiatras y los psicoterapeutas hemos invertido durante años
nuestros esfuerzos en buscar, diagnosticar y hablar sobre la oscuridad (la
patología, la incapacidad, el trauma) ... y la verdad, mi experiencia me dice
que sirve más bien de poco.
A estas alturas
de mi vida, después de haber visto miles de pacientes y de haberlo comprobado
conmigo mismo, creo que la mente “no tiene arreglo”. Sin embargo, hay una buena
noticia: he descubierto que nostros no somos nuestra mente y que cuando la
mente se pone a trabajar al servicio del alma, se abren muchas posibilidades a
las soluciones y a la luz. Le
puedes llamar alma o le puedes llamar conciencia, u observador, o como quieras
...
El ejercicio que
te propongo a continuación tiene por objetivo que tu mismo puedas comprender y
experimentar la diferencia que hay entre esa luz del alma (la conciencia) y esa
oscuridad de la mente (inconsciencia). No tienes que “creer” nada; simplemente
tienes que estar abierto a experimentar en el presente y sacar tus propias
conclusiones.
Sólo quiero
compartir contigo, antes de empezar la experiencia, unas pequeñas diferencias
entre mente y alma. La mente (esta “cabecita loca”, o -como dicen los
budistas- estos “monos locos pinchados por un escorpión” que no paran de saltar
y vociferar dentro de nosotros) continuamente se mueve entre el pasado y el
futuro, entre la aversión y el deseo. Esta es, según el budismo, la causa
principal de todo tu sufrimiento humano. El alma, sin embargo,
funciona por “presente total”, es decir, “aquí y ahora” y por aceptación
incondicional (sin juicio ni crítica) de “lo que es”. El eje central y capital
que conecta con el presente, y que constituye la base de casi todas las
prácticas de meditación, es la respiración consciente: ahora inhalo ... ahora
exhalo ... ahora inhalo ... ahora exhalo ... ahora inhalo ... ahora exhalo.
Vamos, pues, a practicarlo
teniendo en cuenta los siguiente 10 pasos:
1. Sientate en una postura cómoda ... procura
mantener la columna recta de forma que haya una línea sin ondulaciones entre tu
coronilla y el coccis ...
2. Ahora, presta atención a la respiración ...
haz varias respiraciones profundas ... ... ahora deja que la respiración siga
su curso natural mientras tu la observas ... aquí y ahora ...
3. Observa el aire que entra y sale por la
nariz ... observa la diferencia de textura entre el aire que entra –fresco- y
el que sale –más caliente- ... toma conciencia y observa la diferencia que hay
entre el aire que entra y sale por cada uno de los orificios de tu nariz ...
observa el roce del aire sobre la zona del bigote ...
4. Ahora presta atención y observa hacia dónde
va el aire que entra por tu nariz ... observa si va hacía el abdomen ... o tal
vez hacia el pecho ... tal vez sea una respiración más completa: abdomen ...
pulmones ... clavículas ...
5. Ahora toma conciencia y presta atención a la
pausa que se produce entre la inspiración y la expiración ... detente unos
segundos antes de sacar el aire ... observa ahora la pausa que se produce entre
la expiración i la inspiración ... detente unos segundos antes de inhalar de
nuevo ... repítelo varias veces ...
6. Aquí y ahora toma conciencia de tu cuerpo y
observa tu postura ... ponte un poco más cómodo ... relaja cualquier tensión que notes ... cabeza
... cuello ... hombros ... brazos ... manos ... pecho y abdomen ... espalda ...
caderas ... gluteos ... muslos ... rodillas ... pantorrillas ... tobillos ...
pies ... dedos de los pies ... repasa varias veces las sensaciones de la
totalidad de tu cuerpo ... haz un barrido de conciencia, como si fuera un
escaner de sensaciones y tensiones desde la coronilla de tu cabeza a la los
dedos de los pies ... y de los pies a la cabeza... repítelo varias veces, parte
por parte ... aquí y ahora, sin perder el contacto y la consciencia de la
respiración ... y ves relajando ...
(seguro que
observas cómo tu mente no para y desea despistarte ... desea mandar y ser el
centro de tu atención ... pensamientos ... imágenes ... diálogos ... personas
... es como una centrifugadora ... o tal vez como un “mono loco” que salta de
rama en rama del arbol ... o como varios monos que se confrontan y se cruzan
... no te enfades con ellos ... tampoco no te dejes arrastrar por ellos ...
simplemente observa y acepta todo lo que va surgiendo por tu mente ... sin
juzgar, sin criticar ... si ves que te vas, vuelve a conectar con tu
respiración y con tu sensación corporal ...)
7. Ahora, sin perder el contacto con la
inhalación y la exhalación, toma conciencia de la información que te
proporciona cada uno de tus cinco sentidos ... empieza por lo que oyes ...
observalo y deja que venga a ti ... sin juzgar, sin describir ... sin irte
detrás ... simplemente observalo ... ... ... ahora haz lo mismo con lo que ves
... ... ahora con el tacto ... nota la sensación de frio/calor en
diferentes partes de tu cuerpo ... nota el roce de tu ropa en tu cuerpo ... ...
si quieres, puedes hacer lo mismo con el olor ... ... y con el sabor... ...
aquí y ahora ... sin perder el contacto y la consciencia de la respiración ...
8. Has llegado a tu mente, el sexto sentido
según los orientales ... obsérvala ... aceptala incondicionalmente ... sin criticar,
sin juzgar ... acepta todo lo que va surgiendo ... pensamientos ... imágenes
... ideas ... palabras ... sentimientos ... recuerdos ... personas ... no
podemos elegir lo que pensamos ni lo que sentimos ... ... todo está bien ...
... en todo caso, podemos elegir lo qué hacemos con esos pensamientos, esos
sentimientos ... y aquí y ahora ... ... eliges simplemente aceptarlos,
observarlos ... sin irte detrás ... todo
lo que surge, lo dejas fluir como si fueran nubes que pasan ... todo lo que
surge, lo dejas pasar como si fueran suaves olas que fluyen sobre el mar ... y
tú simplemente lo observas ... si ves que te vas detrás, recupera otra vez el
contacto con tu respiración ... con tu sensación corporal ... con tus sentidos
... y dejas que todo fluya mientras observas ...
9. Aquí y ahora, ESTÁS MEDITANDO ... aquí y
ahora, eres el cielo infinito que observa y deja pasar las nubes ... eres el
océano inmenso y profundo que observas y dejas pasar las olas en la superficie
... eres conciencia ... has conectado con tu alma ... puedes ver y sentir la
calma y la serenidad ... eres “El que observa”, ... eres “El testigo de lo que
es”... puedes observar tu mente y tu cuerpo sin ser un esclavo de ellos ...
puedes observar tus pensamientos, tus sentimientos ... pero no eres ellos ...
puedes observar tu estado de ánimo ... tus tristezas ... tus alegrías ... pero
no eres tu estado de ánimo ... estás
situado en el lugar del alma ... eres conciencia ... eres alma ...
10. Ahora sabes lo que tienes que hacer para
conectar con el alma ... respirar ... prestar atención y ser consciente del
momento presente ... y desde aquí, en la medida que vayas entrenando, dia a dia
irás aumentando tu capacidad de trascender tus tendencias, tus adicciones, tus
compulsiones mentales ...
fuente: c.panades
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