Ser consciente de la respiración
La plena conciencia es al mismo tiempo un medio y un fin, la semilla y el fruto. Al practicarla para aumentar la concentración, la plena conciencia es una semilla. En realidad, es la vida de la conciencia: la presencia de la plena conciencia significa la presencia de la vida, por eso la plena conciencia también es el fruto. Este estado nos libera de la falta de atención y de la dispersión mental, y nos permite vivir plenamente cada minuto de la vida. La plena conciencia nos permite estar vivos.
Para ser consciente debes saber respirar, porque la respiración es una herramienta natural y sumamente eficaz para evitar que tu mente se distraiga. La respiración es el puente que conecta la vida a la conciencia, que une tu cuerpo con tus pensamientos.
Siempre que tu mente se distraiga, utiliza la respiración para volver a ser consciente de ella.
Inhala con suavidad y lentitud, sabiendo que estás inhalando. Exhala luego todo el aire de los pulmones, sabiendo que estás exhalando. El Sufra de la atención enseña el método para ser consciente de la respiración de la siguiente forma: «Sé siempre consciente de tu inspiración y espiración. Al inspirar lentamente, el practicante sabe: “Hago una lenta inspiración”. Al espirar lentamente sabe: “Hago una lenta espiración”. Al inspirar rápidamente sabe: “Hago una rápida inspiración”. Al espirar rápidamente sabe: “Hago una rápida espiración”.
»“Sintiendo todo el cuerpo (respiración), haré una inspiración”, y así se ejercita. “Sintiendo todo el cuerpo (respiración), haré una espiración”, y así practica. “Calmando la actividad del cuerpo (respiración), haré una inspiración”, y así se ejercita. “Calmando la actividad del cuerpo (respiración), haré una espiración”, y así se ejercita».
En un monasterio budista todo el mundo aprende a utilizar la respiración como una herramienta para detener la dispersión mental y aumentar el poder de la concentración. Este último es la fuerza que surge al practicar la plena conciencia. Es la concentración que te ayuda a alcanzar el Gran Despertar. Cuando eres consciente de tu respiración, ya has despertado. Para poder ser plenamente consciente durante mucho tiempo, debes observar continuamente tu respiración.
Contando la respiración
Hacer que tu respiración se vuelva tranquila y regular se llama el método de seguir la respiración. Si al principio te cuesta, puedes sustituirlo por el método de contar la respiración. Al inspirar, cuenta 1 mentalmente, y al espirar, vuelve a contar 1. Al inspirar, cuenta 2. Al espirar, cuenta de nuevo 2. Sigue haciéndolo hasta llegar a 10 y luego vuelve a 1 de nuevo. Esta cuenta es como un hilo que une tu plena conciencia con tu respiración. Este ejercicio es el punto de partida en el proceso de ser constantemente consciente de tu respiración. Pero si no prestas atención, perderás rápidamente la cuenta. Cuando la pierdas, vuelve al 1 y sigue intentándolo hasta que puedas contar la respiración de manera correcta. En cuanto consigas concentrarte en la cuenta, puedes dejar este método de contar y concentrarte sólo en la respiración.
En los momentos en que estés disgustado o disperso y te cueste ser consciente, vuelve a concentrarte en la respiración: el hecho de seguirla ya es en sí ser plenamente consciente. Seguir tu respiración es un método maravilloso para observar tu mente. Tal como dice una de las reglas de una comunidad religiosa: «No dejes que tu mente divague ni que se distraiga con lo que te rodea. Aprende a practicar la respiración para volver a controlar el cuerpo y la mente
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